lunes, 11 de mayo de 2009


Reconozco haber necesitado huir de la multitud, de su propia mirada, de las manos que no eran las suyas, de mi propio recuerdo, el lavabo me ha parecido el sitio más tranquilo de aquel lugar, me he sentado en el váter como si fuera una niña pequeña, el nudo de mi garganta se ha deshecho en dos lágrimas.Una mujer fría reflejada en el espejo, al salir he dibujado con esmero una sonrisa, Él, que sabe de sobra que color tienen mis sonrisas forzadas me ha dado un abrazo y me ha dicho al oído:




TU ERES MAS GUAPA...

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